domingo, 19 de abril de 2009

BOLIVIA 2009: DEL REFERENDUM CONSTITUCIONAL A LAS ELECCIONES NACIONALES

Por Mario Rodríguez I.

Este 2009, el escenario político boliviano está marcado por dos hitos electorales en el primer y último mes del año. El 25 de enero se realizó el referéndum constitucional y el 6 de diciembre se desarrollarán las elecciones nacionales para elegir presidencia y vicepresidencia, senadores y diputados de la Asamblea Legislativa Plurinacional. Entre estos dos hitos una revolución democrática y cultural que avanza pacientemente, no exenta de contradicciones y debilidades, hacia un país más justo, inclusivo, diverso y equitativo.

El presente artículo reflexiona sobre algunos de los aspectos más destacados del proceso boliviano a partir del referéndum del 25 de enero que decidió la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado.

1. La transición boliviana y sus fases: para ubicar el lugar del referéndum constitucional

Se podría resumir el proceso transicional boliviano, hasta el momento, en dos fases claramente marcadas del mismo:

*La primera puede ser denominada de visualización de la crisis del Estado (neoliberal en lo económico, neoconservador en lo político y colonial en todas sus estructuras). Esta fase se hizo evidente a partir del año 2000 con la llamada “guerra del agua” desatada en Cochabamba y los bloqueos de caminos nacionales realizados por los sectores campesino y cocalero, hechos que fueron el detonante de ese proceso transicional que tuvo en febrero y septiembre/octubre del 2003 sus acontecimientos más expresivos. La crisis del modelo estatal y colonial republicano colocó en el debate nacional la búsqueda de alternativas a los mismos, polarizando el escenario político entre quienes querían sostener el viejo Estado con pequeñas reformas y quienes proponían cambios más profundos para el país. Esta fase primera de la transición boliviana se cerró con las elecciones de diciembre del año 2005, en ella el Movimiento al Socialismo (MAS) y Evo Morales ganaron con un apoyo de alrededor del 54% del total del electorado.

*La segunda fase se inaugura justamente con la elección y posesión de Evo Morales en la presidencia del gobierno y se caracteriza por iniciar el proceso de cambio y tratar de generar las condiciones para que el mismo sea sostenible en el tiempo. La aprobación de la nueva Constitución Política del Estado cierra esta fase ya que garantiza, por la vía de la legalidad, las modificaciones estructurales e institucionales que el país requiere para que el proceso de cambio no sea sólo voluntad de un gobierno sino marco legal y constitucional de más largo plazo.
La convocatoria a referéndum constitucional fue posible fruto de la victoria del bloque social que apoya el proceso de cambio en las dolorosas jornadas de agosto y septiembre de 2008.

Recordemos que el bloque opositor articulado en torno al CONALDE1 se lanzó en ese entonces a una ofensiva violenta con la esperanza de que el gobierno responda con represión dándole pretextos para un deterioro internacional de la imagen del proceso de cambio. La acción incluyó la toma de entidades del Estado, atentados contra personajes del MAS y de los movimientos sociales, intentos de dinamitar el gasoducto a la Argentina, amedrentamientos, asaltos a oficinas de organizaciones populares y concluyó con una masacre de casi una veintena de campesinos y campesinas en departamento de Pando liderada por el entonces prefecto de ese departamento, Leopoldo Fernández.

El gobierno no respondió con represión y sólo dictó estado de sitio en el departamento de Pando luego de perpetrada la alevosa masacre. Los movimientos sociales mostraron una tremenda madurez política y capacidad de movilización sin necesidad de ir al enfrentamiento con los grupos organizados de derecha.

La estrategia suicida del CONALDE fue derrotada. De las luctuosas jornadas de septiembre salió un proceso de cambio vigoroso. Con ese impulso durante el resto del mes de septiembre y octubre se empujó un diálogo con el bloque opositor para concertar modificaciones a la propuesta de nueva Constitución redactada por la asamblea Constituyente así como la ley de convocatoria a referéndum para que el pueblo defina su aprobación o rechazo. Fue un proceso lento y complicado, que demostró una vez más la decisión del CONALDE de no negociar nada, de mantener la línea expresada en la Asamblea Constituyente: bloquear el proceso de cambio y utilizando cualquier artimaña.

Sin embargo el CONALDE había perdido fuerza y el bloque opositor empezaba a mostrar fisuras. Uno de sus prefectos fue encarcelado por la masacre en Pando, Leopoldo Fernández, sectores opositores en el Congreso empezaron a expresar otras voces que buscaban pactar con el gobierno, los Comités Cívicos mostraban disputan internas. La estrategia violenta y
fallida de agosto y septiembre pasaba factura.

El CONALDE se retiró de la negociación sin acuerdos, sin embargo el gobierno consiguió el apoyo de la Federación de Asociaciones Municipales de Bolivia, así como la disposición de negociar de un bloque significativo de congresistas de la oposición. El resultado, una adecuación del texto constitucional propuesto y convocatoria a referéndum constitucional para el 25 de enero del 2009.

2. El referéndum constitucional, una nueva victoria del proceso de cambio

Luego de recuperar algo de fuerzas, el CONALDE se lanzó a una dura campaña contra la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado con tremendas manipulaciones como: “la NCPE2 expulsa a Dios del país”, cuando lo que proponía era que el Estado deje de ser oficialmente católico para convertirse en laico y respetuosos de todas las diversas religiones; “la NCPE es discriminatoria contra gente de la ciudad y los no indígenas”, cuando lo que proponía es que asumamos nuestra plurinacionalidad reconociendo los derechos de los pueblos indígenas a su diversidad y en igualdad con el resto de la ciudadanía; “la NCPE atenta contra la propiedad de las familias y las personas”, cuando lo que proponía era el respeto a la propiedad privada al mismo tiempo que la reducción del latifundio y de la acumulación de riquezas por aprovechamiento de los recursos del Estado; “la NCPE fomenta el aborto”, cuando lo que proponía es la vigencia plena de los derechos sexuales y reproductivos, etc.

Incluso me tocó escuchar comentarios de gente del pueblo a partir de la campaña desatada por la derecha casa por casa que rayaban en el colmo: “dicen que vamos a tener darles alojamiento y comida a los campesinos obligatoriamente cuando vengan a las ciudades”, “dicen que a nuestros hijos nos los van quitar cuando tengan 12 años y que el gobierno va decidir si estudian o van a trabajar de cualquier cosa” o “dicen que van a cerrar las iglesias, que va estar prohibido creer en Dios”.

El bloque radical opositor contó con el apoyo de algunos sectores conservadores de la iglesia católica liderados por el cardenal Terrazas, otrora muy próximo a la teología de la liberación, así como algunas iglesias evangélicas radicales se sumaron a la campaña por el No a la nueva constitución cuyo lema principal en varias ciudades fue: “elige a Dios, vota por el No” o “protege tu familia, vota por el No”. Por supuesto que a esta “cruzada” contra la NCPE se sumaron los medios de comunicación empresariales y conservadores, es decir la gran mayoría de los existentes en el país.

A pesar de esta ofensiva, la victoria del bloque que apoya el proceso de cambio fue incuestionable. El 61,43% del electorado aprobó el nuevo texto constitucional, se ganó en 5 de los 9 departamentos del país (La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y Chuquisaca), en 87 de las 112 provincias que componen Bolivia. La nueva Bolivia posible recibió su acta de nacimiento como un “Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías”. Pasamos oficialmente del Estado colonial al Estado plurinacional.

Si bien la oposición intento mostrar que el resultado expresaban el debilitamiento del proceso de cambio (recordemos que en el referéndum revocatorio de mandatos del 10 de agosto del 2008, Evo Morales había recibido el apoyo de más del 67% de la población, supero el 50% de votos en 6 departamentos y en 95 de provincias). Lo cierto es que a pesar de esa reducción en el voto, el proceso de cambio mostró su vigor con ese notable y claramente mayoritario apoyo.

A pesar de esa victoria celebrada por las personas que hasta ahora se sentían como invitadas en su propia casa, los excluidos y excluidas de hace más de cinco siglos, es importante señalar que la oposición logró concentrar un voto importante en centros urbanos y capitales de departamento. Esto no quita ninguna legitimidad al triunfo, pero si coloca desafíos para la revolución democrática cultural.

En contrapartida, la oposición radical perdió también apoyo orgánico ya que sectores congresales de partidos de derecha tradicional, municipios y sectores cívicos se retiraron de su estrategia de enfrentamiento y violencia, apoyaron la NCPE e incluso hicieron campaña por el Sí, abriendo un espacio de negociación al menos provechosa.

La NCPE fue promulgada en un multitudinario acto en la ciudad de El Alto el 7 febrero de este año3.

3. Las autonomías: de la consiga de las élites conservadoras a los avances como parte del proceso de cambio

Ante la ausencia de proyecto de país, las élites conservadoras de Bolivia construyeron su base social montadas en el discurso de las autonomías departamentales y contra el histórico centralismo. El año 2008 fueron las mayores ofensivas en el tema con referéndums auto convocados y manipulados en 4 departamentos de Bolivia. Sin embargo esa supuesta fortaleza era muestra de su debilidad, no consiguieron dar un solo paso hacia la implementación de las autonomías.

El gobierno y el bloque que apoya la revolución democrática cultural, aprendieron la lección. De una primera fase en el año 2006 de oposición equivocada a las autonomías, se pasó a incorporar y ampliar la demanda en la nueva Constitución. Así se propuso 4 regímenes autonómicos radicalizando positivamente la descentralización del poder y la administración del Estado: departamental, municipal, regional e indígena.

Al ser aprobada la NCPE con esas cuatro modalidades de autonomías, el gobierno y los movimientos sociales pasaron a tomar la iniciativa. Convocaron prontamente al Consejo Nacional Autonómico para traducir el texto constitucional a las leyes de implementación de las autonomías. El Consejo tiene la resistencia, siempre cerrada y nada propositiva, del CONALDE.

Sin embargo la incorporación de la Federación de Asociaciones Municipales, universidades de algunas de las regiones con peso político de la oposición, sectores de la oposición en el Congreso, regiones enteras al interior de departamentos como Tarija, numerosas instituciones y organizaciones regionales ha terminado de demostrar que las élites no buscan autonomías, sino pretextos políticos para entorpecer el avance del proceso de cambio.

El Consejo ha ganado legitimidad y el bloque opositor sigue acrecentando sus fisuras mostrando tendencias cada vez mayores de bloques que reconocen que no tienen otro camino que el de negociar en el marco de la NCPE.

En las elecciones nacionales del 6 de diciembre de este año también se votará en 5 departamentos para ver si aceptan la implementación de autonomías en los mismos (recordemos que 4 departamentos ya aprobaron las mismas el año 2006), así como para el establecimiento de la primera región autónoma en el Chaco tarijeño. Los pueblos indígenas están avanzando en la delimitación de sus territorios y las propuestas de normativas para la aplicación de sus autonomías. El proceso será completado en abril del 2010 cuando se celebren elecciones para elegir gobernaciones o prefecturas de departamentos, consejos autonómicos departamentales y gobiernos municipales. Los gobiernos de los territorios autonómicos indígenas se eligen por usos y costumbres de cada cultura.

4. Las contradicciones y debilidades todavía presentes en el proceso de cambio

Luego de la aprobación del nuevo texto constitucional aparecieron duros temas de corrupción en algunas esferas del gobierno. Fue particularmente especial lo ocurrido en Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), tema que llevó a la cárcel de manera preventiva a un alto dirigente del MAS, Santos Ramírez. Se desató a partir de este y otros hechos una campaña desde los medios conservadores. La idea era demostrar que el gobierno no se diferencia de los anteriores, restando apoyo al proceso de cambio.

A estos hechos hay que sumar que el congreso boliviano sigue teniendo una fuerte presencia de los partidos de oposición y especialmente a través del senado nacional, donde controlan la mayoría, consiguen bloquear muchas leyes. Por este motivo, el gobierno se ha visto muchas veces obligado a negociar y reducir las expectativas. Algunas veces, como en algunos artículos de la NCPE concertada en el congreso o la Ley Electoral transitoria de la que hablaremos después, los movimientos sociales sintieron que se cedía demasiado a la presión de la oposición lo esto generó críticas y debates al interior del bloque por el cambio.

Estos hechos anotados en los dos párrafos anteriores están enseñando algunas contradicciones y limitaciones del proceso de cambio, pero al mismo tiempo aprendizajes fundamentales de cómo ocurren las revoluciones en democracia.

La gran lección es la paciencia de los sectores populares para saber que los cambios no ocurren de un día para otro ni por decretos y leyes. Los cambios se asientan en la vida cotidiana de las personas, en las relaciones y mentalidades, en las modificaciones de las “culturas” institucionales, en un país que está abandonando poco a poco su herencia colonial y excluyente, para ser otro diferente. La normalidad de exclusiones e injusticias, de malos tratos y corrupción en la que se desarrolló el Estado boliviano por siglos, no se desmonta de un día para otro. No se trata de ser conformista, se trata de ser radicales en el horizonte de cambio, al mismo tiempo que profundamente pacientes, porque el régimen colonial y neoliberal están tan incorporados en las instituciones y las personas, que deconstruirlos exige un paciente proceso de descolonización.

La paciencia también exige saber que hay momentos que no es posible lograr la expectativa, que la negociación hace retroceder, que también hay operadores políticos del gobierno y el MAS que no ayudan a profundizar los avances, que hay movimiento sociales que han debilitado su rol de control social, que hay tendencias y disputas en el bloque de cambio; sin embargo de ello, también se ha mostrado que hay una claridad muy grande, que más allá de las personas y los partidos está el proceso de cambio como voluntad colectiva de la mayoría del país. Se apuesta estratégicamente, se asumen los debates y contradicciones, pero el bloque por el cambio está mostrando una fortaleza y madurez organizativa muy grande liderada por los pueblos indígenas.

Hay avances en la lucha contra la corrupción. El hecho que Ramírez esté en la cárcel o la creación del Ministerio de Transparencia. La gente sabe que un hecho tan inherente a la estructura estatal no cambia de un día para el otro, pero también está dispuesta a tener paciencia si hay gestión desde la administración del Estado. Los hay, por eso el apoyo se mantiene.

5. Las elecciones del 6 de diciembre

Las pasadas semanas fueron de otra dura negociación con la oposición en el congreso, la aprobación de la Ley Electoral transitoria.

La estrategia de la oposición volvió a ser la misma. Bloquear el proceso de cambio, no viabilizar ningún acuerdo. El pretexto esta vez fue la no confiabilidad del padrón electoral aunque SIETE comisiones internacionales independientes hayan dicho lo contrario, entre ellas la Unión Europea y la OEA. La Comisión de Expertos Electorales Latinoamericanos le dio una confiabilidad del 97,6%, mucho más alta de lo que se requiere para avalar actos electorales.

El gobierno terminó cediendo y negociando la Ley Electoral transitoria que regirá las elecciones de diciembre. Los escaños para los pueblos minoritarios indígenas solo llegaron a 7 cuando al menos se solicitaban 14, se aceptó un nuevo padrón electoral biométrico, no se logró ampliar las circunscripciones uninominales como pretendía el bloque popular. Es decir, se cedió de manera que la oposición aminore un poco sus territorios seguros de derrota (escaños indígenas directos y circunscripciones uninominales), pero se logró aprobar la convocatoria y los bolivianos y bolivianas estamos desafiados a tomar decisiones el 6 de diciembre.

Con esta convocatoria el Congreso nacional actual deja de tener un rol en el país. Su tarea será casi anecdótica los próximos meses. Los cambios necesarios en las leyes del país, para adecuarlas a la NCPE esperarán la elección de la nueva Asamblea Legislativa Plurinacional.

La derecha opositora ya está en campaña, con el cardenal Terrazas y los prefectos opositores como sus figuras más importantes; aunque gruesos sectores de la iglesia católica y otras evangélicas apoyan el proceso de cambio deslegitimando las acciones del cardenal, además que el prefecto de Tarija está cada vez más debilitado, aislado en su departamento y con crecientes demandas de corrupción de grueso calibre. Lo primero que están haciendo es buscar candidaturas, muchos indígenas y figuras de los anteriores gobiernos neoliberales; desde Víctor Hugo Cárdenas a Carlos Meza, ambos vicepresidentes de Gonzalo Sánchez de Lozada4, para ver si pueden disputar el voto mayoritario con el que cuenta Evo Morales en los sectores populares. De momento parece que ningún candidato de los ya varios propuestos da talla para hacer sobra al actual presidente boliviano.

Sin embargo, más que falta de candidaturas, el bloque opositor está mostrando una ausencia grande de proyecto de país. No tiene propuesta para Bolivia y por ello su estrategia no es proponer otra forma estatal, sino buscar erosionar el apoyo al gobierno para mostrarse como la única vía posible para evitar el conflicto. Más que por propuesta, espera ganar votos por miedo de la población a tener que soportar un largo tiempo de conflictos. Las líneas de su estrategia electoral ya están claras: tratar de vincular lo más posible a personajes del gobiernos a actos de corrupción para restar apoyo, acentuar el temor de las poblaciones urbanas a través de generar inseguridad sobre la propiedad de casas o por el tema religioso, señalar –a pesar de las concesiones del gobierno para el nuevo padrón electoral- que las elecciones no serán limpias y agravar el miedo generando un clima en el que se sienta que si Evo Morales en reelegido el conflicto continuará, finalmente “rogar” para que la crisis mundial afecte al país de manera que se achaqué al gobierno los problemas financieros del mundo.

En contrapartida, el gobierno y los movimientos sociales tienen los desafíos de consolidar y acrecentar la base de apoyo mayoritaria que tiene el proceso de cambio, ser profundamente vigilantes para actuar eficientemente frente a cualquier indicio de corrupción, acelerar y profundizar, de manera responsable y paciente, los cambios en correspondencia con la nueva Constitución, mejorar la gestión de gobierno ampliando los beneficios que está recibiendo el pueblo boliviano y consolidar base de acuerdo y negociación con otros sectores de la sociedad que hasta ahora se mostraban contrarios a la revolución democrática y cultural.

De momento parece darse por segura la reelección de Evo Morales en diciembre. El desafío está puesto en lograr una composición mejor en la Asamblea Legislativa Plurinacional que la del actual Congreso, así como conquistar una mayor cantidad de gobiernos departamentales en abril del 2010.

Si los pueblos indígenas, los sectores campesinos y urbano-populares, los movimientos sociales, las capas medias urbanas y otros bolivianos y bolivianas de diversos sectores del país que apoyan el proceso siguen mostrando la madurez política expresada hasta ahora, podemos soñar que en diciembre estaremos cerrando el año con otra victoria contundente del pueblo boliviano. La quinta desde ese también diciembre del 2005.

18 de abril de 2009

--------------------------------
1 Consejo Nacional Democrático conformado por los prefectos opositores que en ese momento eran 5 de los 9 que existen en el país (Santa Cruz, Tarija, Beni, Pando y Chuquisaca), además de los Comités Cívicos de esos mismos departamentos como fuerza de movilización regional. Se trata de la agrupación opositora de más peso político debido a debacle de los partidos tradicionales de derecha.

2 Nueva Constitución Política del Estado.

3 En el presente artículo no profundizaremos en el contenido de la NCPE, esto merecería otro escrito aparte. Sin embargo, hay que señalar que se trata de la carta magna boliviana, a lo largo de la historia del país, que a pesar de sus contradicciones y limitaciones, mejor expresa los avances en respeto a los derechos de los bolivianos y bolivianas, la inclusión social, la equidad, la justicia, la participación, el reguardo de los bienes del Estado y de la naturaleza.

4 Dirigente del MNR que en 1885 fue jefe de gabinete, en ese entonces se instauró el modelo neoliberal en Bolivia. Presidente dos veces. En su primer mandato se implementaron las llamadas reformas de segunda generación que fueron las más radicales neoliberales. En ese mandato Víctor Hugo Cárdenas, aymara de origen, fue el vicepresidente más decorativo y servicial que se recuerde. Con Carlos Meza de vicepresidente, en su segundo mandato, acontecieron los hechos dolorosos de febrero del 2003 y las masacres de septiembre y octubre de ese mismo año. Terminó huyendo del país durante la “guerra del gas” y actualmente es requerido por la justicia boliviana para responder por los crímenes del 2003 y se mantiene bajo la protección de las autoridades judiciales en Estados Unidos.

http://evolucion-bolivia.blogspot.com/

No hay comentarios: