jueves, 8 de abril de 2010

¿El fraude en nuestras narices?: Modus operandi


Por José R. Torrico Gumucio



Otra vez después de las elecciones mi mente me juega malas pasadas. Pareciera que algo de paranoia se apodera de mi cabeza y comienzo a imaginar conspiraciones.

El pasado Domingo en Bolivia se desarrollaron en un ambiente de mucha participación ciudadana las elecciones para gobernadores, asambleístas regionales, alcaldes y concejales municipales. Los resultados fueron diversos, digno reflejo de un país que desborda pluralidad y diversidad humana.

Personalmente me resultó curioso que en algunas ciudades re-eligieran a políticos que tienen graves denuncias de corrupción o están acusados de haber participado en terrorismo. Me causó un poco de frustración porque no llego a comprender porque razón un pueblo reeligiria a una persona acusada de corrupción o terrorismo para ser autoridad. Algo no me cuadra en la cabeza, no encuentro lógica.

Mientras cambiaba de canal en canal el televisor, sondeaba los resultados que iban dándose de a poco en los diferentes medios de comunicación. Los primeros números aparecen de un tipo de recolección al cual le dicen "boca de urna" y lo obtienen preguntando a las personas por quien votaron cuando salen de los recintos electorales tras depositar su voto (en la teoría, a mí nunca me preguntaron nada ni en esta elección ni en pasadas).

Luego, los medios de comunicación, van difundiendo otro tipo de resultados que los llaman "conteo rápido" y que se suponen representan lo que encuestadoras privadas anotan de las planillas que se envían al órgano electoral. Que curioso que sean las mismas empresas encuestadoras que desde semanas antes de las elecciones mostraban resultados que en algunos casos parecían irreales. Pero es sabido que las encuestas se equivocan y a veces por mucho.

En este punto me sorprendía la diferencia que resulto en mi ciudad, Cochabamba, para la elección de alcaldes. En los primeros datos el candidato del MAS, el partido oficialista, tenía una diferencia significativa por encima del candidato de la derecha radical. Luego, cuando llegaron los datos del "conteo rápido", allí nos enteramos que los porcentajes obtenidos entre los dos candidatos mas votados ahora eran mínimos, prácticamente un empate, los medios de comunicación insistían en mencionar que este método tiene un 2% a 3% de error. Luego cuando el candidato del MAS logró subir un 4% la diferencia los medios dijeron que el error era del 4%. ¿Por qué los medios hacían tanto énfasis en el tema del error de estos resultados?, ¿Estaban tratando de legitimizar algo dirigiendo la opinión ciudadana en base a los resultados que ellos manejaban con sus encuestadoras privadas?.

Entonces comienzan las denuncias de fraude, primero desde Pando, donde el candidato a gobernador de Pando por el MAS, luego de que en algunas mesas decenas de ciudadanos que votaron por el MAS y no aparecían en actas demostrando con papeles en mano, denuncia que alteraron los resultados en planillas para restarle votos al MAS y de esa forma intentar volcar el resultado de las elecciones para favorecer a los opositores. Hoy leí, con relación a este caso, que se volverá a repetir la votación.

Al día siguiente la candidata a gobernadora por el MAS en Beni demuestra con imágenes de prensa y documentos que, en la mesa en la que ella votó, las planillas no reflejan ningún voto para el MAS. ¿Cómo pudo pasar eso?. Obviamente pareciera que alguien habría modificado los resultados de las planillas que contabilizan los votos.

Yo como ciudadano pensé que todos los papeles eran llevados a la corte, incluidas las papeletas electorales en las que yo como otros tantos ciudadanos había marcado mi voto, y que era posible recontar lo que el pueblo había expresado en las urnas. Hoy me enteré que no es así, que solamente se llevan las planillas a las cortes electorales, y no las papeletas electorales.

Entonces mi mente, que sospecho sufre de paranoia, comenzó a ver en todo esto un "modus operandi" similar... en todas partes!. Pero... no creo que esté sucediendo, ¡es mi mente que me juega malas pasadas!, no puede ser tan obvio. Y sin embargo con las denuncias que ahora han surgido en todo el país, pues se retroalimenta (la paranoia).

Todo comenzaría cuando las empresas encuestadoras privadas, semanas antes de las elecciones, comienzan a preparar terreno para dirigir la opinión y, sobre todo, las expectativas de la población hacia cierto resultado, el cual luego los ejecutores del fraude harían que parezca el resultado "normal" o "Previsible".

Luego tendría que suponer que habría gente en las cortes electorales que ya se organiza antes de las elecciones, que podrían estar en coordinación con los fiscales de recinto o con al menos uno de los mismos delegados de mesa para modificar las planillas, las cuales son llenadas manualmente y que podrían ser manipuladas en algún momento entre el final del escrutinio, donde están presentes los delegados de los diferentes partidos, y el arribo de las planillas a las cortes. Las papeletas electorales no son llevadas a la corte, son descartadas luego de la elección, lo que hace imposible cualquier tipo de auditoría a alguna mesa observada, liberando de esta forma de cualquier responsabilidad civil y/o penal en caso de denuncia a los que participaron en la cadena de eventos desde que la mesa comenzó a recibir los votos, hasta que la planilla con los resultados arribó a la corte.

Los medios de comunicación irían permanentemente creando todo el ambiente mediático, una cortina de distracción, para que la gente crea que lo que ellos difunden tiene muy poco error y entonces los medios van midiendo, y retroalimentando a toda esta red de fraude, acerca de como van avanzando los resultados y cuanto aún falta modificar en las planillas para obtener la victoria y así ser lo menos evidente posibles ajustando solamente lo estrictamente necesario para ganar los espacios pretendidos. Entonces los medios serían los que van dando la pauta para saber cuánto más les falta para conseguir volcar los resultados a su favor.

Ahí parecería existir una lógica y podría tener sentido que gente con graves denuncias de corrupción o con denuncias de haber participado en grupos terroristas pueda ganar elecciones. Me cuesta creer que el pueblo los elije con su voto, no podemos equivocarnos tanto. Entonces comienzo a retroceder en el tiempo y ahora podría entender como algunos prefectos fueron ratificados o como resultó ser Sabina Cuellar, la prefecta chuquisaqueña, electa por una mínima diferencia en una elección donde los primeros resultados favorecían al candidato del MAS y a último minuto se volcaron a favor de Cuellar. ¿Cómo fue que se volcaron los resultados a último momento?

Si mi paranoia fuera cierta, la asamblea legislativa plurinacional tendría que prever una modificación en la ley electoral que incorpore algún mecanismo digital/informático que almacene y valide la información de cada mesa, que la encripte y así viaje segura hasta las cortes, donde pueda ser depositada en un servidor central. Así mismo deben ser guardadas las papeletas de votación originales para permitir una auditoria en caso de existir alguna denuncia comprobable. Los delegados de los partidos deberían fotografiar todas las planillas antes de que sean enviadas a las cortes y luego hacer el seguimiento a lo que registra la corte para garantizar que los resultados reflejen exactamente lo que se contabiliza en las mesas al momento de finalizar el escrutinio.

Mientras... los bolivianos tendríamos que ser menos inocentes, desconfiar un poco más, hacer un seguimiento y control ciudadano a todo el proceso completo de cada una de las ánforas electorales en cada elección y observar celosamente como los medios de comunicación intentan manejar y dirigir la información.

Pero.... mejor voy a pensar que es una vez más que mi mente me juega malas pasadas, que imagino cosas que no existen y que tendré que conseguir algún amigo psicólogo que pueda evaluar mi situación.

http://evolucion-bolivia.blogspot.com/

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