Por José R. Torrico Gumucio
Durante la visita que realizó el presidente Boliviano, Evo Morales, a España la semana pasada realizó un planteamiento que pocas personas entendieron y pienso que será considerado visionario para las sociedades evolucionadas del futuro.
El ser humano como especie planetaria
El presidente Boliviano planteó el derecho para que todo ser humano pueda habitar en cualquier parte del planeta, sin ser declarado ilegal y respetando las leyes y normas del país que lo recibe.
Cuando se plantea la recuperación de las costumbres ancestrales y se observa la sabiduria de la naturaleza para permitir la coexistencia de todas las especies en un planeta sano, algunas personas suelen creer erróneamente que se trata de una propuesta para volver a vivir en sociedades como las que se daban en la época de las cavernas. Esto sería un retroceso evolutivo y la evolución va siempre hacia adelante. Para entender de que se habla se debe comenzar por tomar conciencia de que todos los seres humanos somos parte de una misma especie que habita el planeta. Indistintamente del color de la piel o de ciertos rasgos fisiológicos que han evolucionado de acuerdo con el lugar donde habitaron los antepasados de las personas, todos los seres humanos pertenecemos exactamente a la misma especie, todos tenemos dos pulmones, todos tenemos un corazón, dos ojos, dos oídos y un cerebro.
Para un cóndor que vuela sobre las montañas andinas, no existe una frontera entre Argentina y Chile. Para una alpaca que se está alimentando en el altiplano, no existe una crisis económica o una frontera nacional. Estos son limites que el ser humano ha creado en su cabeza y en su juego social, en la naturaleza no existen.
Por eso el derecho de que una persona pueda habitar en cualquier parte del planeta, que planteó el presidente Morales, es un primer paso hacia la consciencia global planetaria donde seremos capaces de vernos como habitantes de un mismo planeta.Tenemos que comprender que el planeta no nos pertenece sino que somos parte de el, con el derecho a habitarlo pero también con la obligación de cuidarlo en favor de la preservación de toda forma de vida que se ha desarrollado en él.
El tema ambiental como preocupación humana primordial
En este planteamiento, el presidente Morales, también habló del derecho de la madre tierra a ser protegida y respetada.
Cuando el presidente Morales dice que el sistema es el responsable del deterioro ambiental no se equivoca y, a mi entender, se refiere a la forma en que los seres humanos estamos usando los recursos naturales, dentro del juego social que hemos inventado, para hacinarnos más en grandes ciudades que se van convirtiendo en lugares poco salubres y donde el autoconcepto del humano se aleja de la naturaleza y del respeto mutuo entre seres humanos.
La humanidad y sus líderes enfrentan ahora el desafío de poder proponer un replanteamiento de la forma en que el ser humano se ha organizado en sus diferentes sociedades y diseñar las políticas de transición hacia las nuevas sociedades ambientalmente sanas.
Este replanteamiento debe garantizar que las nuevas sociedades puedan abastecer sus necesidades sin sobreexplotar los recursos naturales, respetando las grandes extensiones del planeta que deben ser protegidas para la preservación de las especies vegetales y animales.
Esto tendría que partir por reducir de forma pactada y consciente la población humana global, de forma que podamos devolver a la naturaleza los territorios que se están destruyendo para poder abastecer las demandas de ciudades en constante crecimiento. En lugar de hacer crecer las ciudades, debemos decrecerlas (si vale el término) para causar un alivio en los recursos que los habitantes de las ciudades demandan de la naturaleza y que se sobreexplotan para satisfacer esta hambre de consumo.
El presidente Morales dijo hace unos años que no podemos considerar nuestros indicadores de progreso cuando estos se calculan a costa de la destrucción del medio ambiente. Debemos replantear nuestra forma de entender la palabra progreso. Si progreso significa echar más asfalto en las ciudades, más dióxido a la atmósfera, tener más cárceles y armas más poderosas para autodestruirnos… entonces como especie no somos tan inteligentes como creemos ser.
La tecnología que hemos desarrollado, como especie, tiene que servir para proteger la vida y la salud del planeta y debe abrir la posibilidad de la expansión de la vida hacia otros planetas. En otro caso la auto-extinción es inevitable. En mi mente positiva prefiero creer y animarme a proponer que comencemos a abrir nuestras mentes a las lecciones que la naturaleza nos da cada minuto, replanteemos nuestras costumbres y nuestras formas de organización como seres sociales. Reconozco que es una tarea grande, que requiere de mucho debate e imaginación y debe darse a una escala planetaria. Creo que es posible y que podemos lograrlo aprovechando el acceso a la comunicación que tenemos, en esta etapa de nuestra evolución humana, y mediante la difusión y el debate de la consciencia planetaria, proponiendo el respeto como el valor moral primordial.
http://evolucion-bolivia.blogspot.com/
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