Por Mario Rodríguez I.
El 4 de mayo del 2007 demarca con claridad el inicio de la mayor apuesta de ofensiva política de la oposición radical en el país. Liderada por las élites económicas de Santa Cruz y organizada a través del CONALDE bajo la bandera autonomista. En apenas un año, luego de esa ofensiva desesperada, la oposición radical está cada vez más fragmentada, cuestionada, aislada y debilitada. Veamos:
1. El 4 de mayo empezaban una sucesión de consultas ciudadanas por estatutos autonómicos para su “inmediata” aplicación –así decía la pregunta realizada- en Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. Además de ilegales y poco fiables, dichas consultas no sirvieron para avanzar un ápice en la implementación de las autonomías. Esa promesa de aplicación “inmediata” no fue cumplida. Donde de verdad están avanzando las autonomías es en la Constitución Política del Estado (CPE) y el Consejo Nacional Autonómico que involucra cada vez más actores de los departamentos que rompen con las prefecturas radicales (municipios, regiones, instituciones y entidades, organizaciones y movimientos sociales, etc.).
2. Para mayo del 2007 las logias y élites habían logrado ganar apoyo ciudadano presentando a “sus” estatutos como el “único” camino posible para las autonomías. Pocos conocían los estatutos, pero se los presentaba como la expresión “auténtica” de estos departamentos. Hoy ya nadie puede hacer esa asociación, el país tiene nuevas y más ricas propuestas de autonomías contenidas en la CPE y hasta el Foro Permanente por los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas señaló estos días que las propuestas del CONALDE, como la de Santa Cruz, sirven para sostener veladamente la servidumbre y la esclavitud indígena. Es decir, cada día queda más claro el carácter logiero y oligárquico de esas propuestas y otros caminos autonómicos son los más transitados.
3. La propuesta de las élites buscaba descentralizar el país para beneficio de nuevas centralidades departamentales, garantizando el poder económico y político de las élites locales. La CPE aprobada este año supera esa limitación y profundiza la descentralización bajo cuatro regímenes de autonomía. Las élites no lo comprenden y por eso ahora tienen conflictos con las regiones locales, como en el Chaco, los pueblos indígenas y otros actores.
4. La estrategia de radicalidad que no negocia los está aislado. Todavía los prefectos y comités cívicos fieles al ideario opositor del CONALDE, se mantienen en su discurso de no negociar nada, ni con el gobierno, ni con los actores sociales y políticos de los departamentos que no les son serviles, ni con las instituciones críticas con su autoritarismo, ni con las regiones que también quieren autonomía, ni con los movimientos sociales, ni con nadie que se desmarque de sus posiciones radicales. Eso los aísla, cada vez más sectores rompen con esta estrategia y buscan otros caminos de diálogo y negociación con la nueva realidad del país.
5. Su estrategia de violencia expresa su falta de vocación democrática erosionando más su base apoyo. Desde la masacre en Pando, la toma de instituciones del Estado o la creación de grupos especializados en terrorismo son ligazones cada vez más visibles entre el poder de esas élites y su forma de acción política. Su subjetividad heredada de su historia de patrones, hace que estén dispuestos a matar y aplicar la violencia ante un país que ya no está dispuesto a seguir sirviéndoles. Esa estrategia, que dolorosamente cuesta vidas, está siendo derrotada y aislada, la gente no la apoya.
6. Hace un año, entre mayo y julio del 2007, el CONALDE articulaba a seis –luego siete- prefectos del país. Hoy Leopoldo Fernández está en la cárcel por la masacre en Pando, Reyes Villa y Paredes ya no lo son en Cochabamba y La Paz por decisión popular, los de Tarija y Beni están cada vez más imputados por actos de corrupción o atentados contra el Estado, la de Chuquisaca gobierna apenas para la capital departamental y Rubén Costas está cada vez más envuelto en la trama de grupos irregulares organizados para atentar en el país. Una debilidad que es clara expresión de sus equivocaciones.
7. Hace un año los comités cívicos eran la fuerza de movilización del CONALDE, hoy son entidades divididas, con conflictos internos, copados por dirigencias serviles pero no legítimas. Los conflictos del comité cívico tarijeño fruto de la dependencia extrema respecto al prefecto o la escasísima movilización de personas para “conmemorar” el 4 de mayo en Santa Cruz son expresiones de esa debilidad.
La equivocada estrategia del CONALDE, de sus prefectos y comités cívicos aliados está más debilitada que nunca. Ni el secuestro de los legítimos intereses regionales, ni la radicalidad que no negocia, ni la violencia son los caminos. Hoy es otro tiempo, otro país sigue brotando. Tal vez es tiempo de que también cambien esas prefecturas y comités cívicos.
http://evolucion-bolivia.blogspot.com/
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