miércoles, 6 de mayo de 2009

MI PAPÁ, EL TUÉTANO Y BOLIVIA. ENTRE EL ASCO Y EL PLACER

por Flavio Dalostto

Mi Papá y el Tuétano.

Cuando era niño, mi papá chupaba el tuétano cuando comíamos Puchero. El Tuétano es esa sustancia oscura y semi-gelatinosa que habita en la profundidad de los huesos. A mi me daba Asco y a él Placer.
Yo lo miraba de reojo como reprobando su deleite, que inevitablemente era acompañado por un leve sonido de chapoteo pantanoso. En esos momentos, mi papá, concentradísimo en ese ritual personal, no tenía más universo a la vista que ese Hueso. Y el Hueso en la boca de él, parecía un marinero de Ulises almorzado por el Cíclope Polifemo.

La anécdota de mi Papá y el Tuétano, tan blandito y oscuro, dentro de su Corteza Ósea, tan dura y luminosa, me ha hecho recordar lo que estamos viviendo en Bolivia.
El durísimo Caracú cruceñista, ha cedido su Tosco Caparacho, roto en parte por su propia torpeza y en parte por la sagacidad de la Policía Boliviana. Este Hueso roto, roído a Derrotas Electorales y rajado a Desinteligencias Propias; ha mostrado su Secreto Interior. El Tuétano Macabro se ha desparramado, mostrándose tal cual es. El Choclo de la oscuridad, caídos todos sus dientes, ha dejado su Marlo Desnudo. El Corazón del Mal se ha hecho visible. Lo Inmaterial se ha vuelto Material, y todos lo ven.

¡Cuánto Tiempo, ese Tuétano, cubierto de Impunidad Asesina, se escudaba tras el prehistórico "Cabildo del Millón", tras miles de supuestos "militantes" de la unión juvenil cruceñista, tras la Defensa de la "autonomía", del IDH y de los discapacitados! Y ahora, descubierto para Bolivia y el Mundo su Complot para matar al Indio Presidente, desnudada su Avaricia Ilimitada, la Defensa Feroz de sus Privilegios Infinitos; caen sus mil y un Disfraces, uno por uno y uno tras otro. La Cebolla Diabólica, se ha ido secando, falta de humedad vivificante; y sus capas marchitas, una por una y una tras otra, han sido jaladas por el Viento del Pueblo.

Sí. El Tuétano puede dar un poco de asco, pero si se está ante su Puerta, se lo debe enfrentar en su Cita Final. Me viene a la Mente, la cara de Placer merecido de mi Padre, siempre trabajador, al desaparecerlo. Bolivianos y Bolivianas: En estas horas decisivas, a devorar el Tuétano; aunque de Asco.

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