miércoles, 17 de diciembre de 2008

Superar a la oposición radical violenta para profundizar la democracia


SUPERAR A LA OPOSICIÓN RADICAL VIOLENTA PARA PROFUNDIZAR LA DEMOCRACIA: PARA ABANDONAR EL CONALDE


Por Mario Rodríguez I.


El país está viviendo una de sus etapas políticas más intensas. La transición abierta a partir del año 2000 ante el agotamiento y la crisis del modelo neoliberal en lo económico, neoconservador y corrupto en lo político, colonial en sus cimientos heredados por siglos y excluyente a favor de minorías aliadas a las transnacionales, se va cerrando para dar paso a una nueva forma estatal expresada en la nueva Constitución Política del Estado por la que el pueblo boliviano votará el 25 de enero del 2009.

No se trata de una nueva constitución perfecta, pero sí profunda y cualitativamente mejor a lo que ya experimentamos como país en estos casi dos siglos de república. Los pilares en los que se asienta la propuesta constitucional son: la diversidad cultural y plurinacionalidad, la justicia y equidad social, la participación ciudadana, la descentralización del poder en regímenes de autonomía, las políticas sociales para una mayor equidad, la inclusión y la solidaridad.

Esta nueva forma estatal que está naciendo y reconfigurando el país para que no vuelva ser nunca más el botín exclusivo de las élites oligarcas y logieras, requiere de capacidad de crítica constructiva en el propio bloque que apoya el proceso de cambio y de una oposición responsable por parte de quienes no coinciden con las transformaciones. El país renacerá inacabado, con muchas cosas para mejorar. Por ello se requiere de una actitud constructiva y vigilante para ir mejorando ese nuevo Estado posible.

Los movimientos sociales, los ciudadanos y ciudadanas que apoyamos el proceso de cambio necesitamos profundizar nuestra capacidad de crítica, de vigilancia ante las “tentaciones” del poder, ante los errores y los equívocos del proceso. Requerimos una actitud que consolide una clave del proceso: el sujeto principal del cambio es el pueblo organizado y ejerciendo ciudadanía.

La oposición, aquella que no coincide con el proceso de cambio también requiere modificar sus referentes de actuación política. El CONALDE fue la expresión más organizada, compacta, radical y violenta de oposición durante estos años de proceso de cambio. Ese referente de oposición se muestra cada vez más aislado y reforzando su complicidad política en torno a figuras y símbolos por demás antidemocráticos. Hechos como su defensa irracional de Leopoldo Fernández a través de las peticiones del senador Ortiz para un nuevo informe de UNASUR sobre la masacre de Pando o los discursos encendidos de Mario Cossío y Patricia Galarza en el lanzamiento de su campaña por el no a la nueva constitución y a favor de dicho personaje a quién todos los informes sindican como responsable de un crimen de lesa humanidad al liderar la matanza de Pando (ver UNASUR, Naciones Unidas, Defensor del Pueblo, organismos de derechos humanos y otros). El liderazgo de Branko Marinkovic, cívico cruceño, a quien hasta el canciller peruano lo llamó fascista los pasados días –gobierno, el peruano, nada sospechoso de aliado del proceso de cambio en Bolivia, sino por el contrario bastante próximo a los mandatos de George Busch-. El papel de la Unión Juvenil Cruceñista en la conformación de los grupos de choque allegados a las prefecturas y comités cívicos del CONALDE, grupo al que la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), institución allegada a la Naciones Unidas, califica de paramilitar y racista. Es decir, se trata de una oposición nada constructiva, profundamente antidemocrática y generadora de violencia.

La decisión del CONALDE de votar por el no a la nueva constitución es solo la expresión de esa su forma política de actuación, de su radicalidad que se permite solo la posibilidad del conflicto y la violencia como mecanismo de resolver las diferencias. La posición del CONALDE extravía a las regiones y las lleva a un callejón sin salida como hasta ahora.

Iniciamos el 2008 con una ofensiva feroz del CONALDE, cerramos con una de sus etapas más débiles y fracturadas. Ojalá esa lección, la del 2008, nos enseñe definitivamente que la lógica política del CONALDE solo trae violencia racista y clasista, no aporta nada constructivo a las regiones ni al país. Que el Referéndum del 25 de enero nos permita superar a esa oposición radical para profundizar y mejorar nuestra democracia.


http://evolucion-bolivia.blogspot.com/

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