lunes, 7 de febrero de 2011

“El Viejo”, los separatistas y la CIA



Por Fortunato Esquivel

El chofer del mercenario Eduardo Rozsa Flores, Ignacio Villa Vargas (El Viejo), acaba de caer ante el micrófono del reportero José Luis Patuy, quien tras espectacular persecución logró entrevistarle y arrancarle una verdad que gente interesada desea desvirtuar. Efectivamente se organizó una conspiración para desembocar en separatismo y creación de la República Santa Cruz.

Lo confirmó “El Viejo” porque sabe muchas cosas y entre ellas, detalles de los preparativos. Por eso, se siente perseguido y teme por su vida, con justificada razón, pues aparentemente, no sabe exactamente de qué lado vendrán los que atenten contra su vida.

Los acontecimientos, se desencadenaron a poco de anunciarse el inicio de una segunda parte del proceso denominado “Terrorismo II”, que presuntamente, esclarecerá la identidad de los verdaderos financiadores del proceso de división del país.

El 4 de junio de 2009, la agencia de noticias ABI, informó que el Grupo La Torre, recaudó 40 millones de dólares para el proceso autonómico, de los cuales deslizó seis al grupo mercenario bajo comando del croata-boliviano Rozsa Flores, quien organizaba activamente el proceso divisionista.

Detrás estaba el mismísimo embajador norteamericano Philip Goldberg, quien igual que Rozsa Flores, había aterrizado como diplomático tras promocionar exitosamente el desmembramiento de Yugoslavia y la escisión de Kosovo. Esa experiencia pretendía ser reproducida en Bolivia.

El Grupo La Torre y Human Rigths Foundatión (HRF), coordinaban conjuntamente las acciones de organización y financiamiento. Al Grupo La Torre estaban vinculados los autonomistas y la prefectura hacía resbalar allí dineros para movilizaciones callejeras. El organismo de derechos humanos era el más peligroso de ambos.

HRF dirigido por Hugo Achá Melgar, fue acusado de financiar las actividades terroristas con dirección al separatismo. La Fundación es una ONG, tapadera de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Por algo, Philip Goldberg era el principal organizador del proceso separatista.

Achá Melgar, estaba en constante contacto con Nueva York, desde donde se dirigían las actividades de esta fundación por el terrorista cubano-norteamericano Armando Valladares. Entre octubre y noviembre de 2008, Rozsa Flores comenzó a tener diferencias con los oligarcas cruceños que le retardaban la entrega de dinero para comprar armas de destrucción masiva, entre ellos misiles y tanques.

Rozsa Flores, buscó un contacto directo con la CIA para financiar el separatismo, gracias a sus contactos con el agente de ese organismo, el húngaro-croata Istvan Belovai, quien además le asesoraba en el plan de escisión. El 6 de noviembre de 2008, Belovai murió en Denver en circunstancias misteriosas.

El escritor Jean-Guy Allard, escribió en la página digital “Rebelión” que Rozsa Flores estuvo en estrecho contacto con Uno-América, una organización de tendencias fascistas, encabezada por Alejandro Peña Esclusa. Este personaje está muy vinculado a los golpistas hondureños y a la mafia cubana de Miami

Tras ser desarticulado el grupo de Rozsa Flores, el principal ejecutivo de Human Rights Foundation-Bolivia, Hugo Achá Melgar escapó a Estados Unidos y cuatro de sus siete fundadores simularon renunciar por “falta de transparencia y comunicación de su presidente”. Los renunciantes fueron Alejandra Barbery, Fernando Cuellar, Emilio Martínez y Centa Rek. Pero luego se reconstituyeron y siguen allí.

La espectacular reaparición de “El Viejo”, puede aportar importantes datos sobre el proceso separatista. Su arresto, puede esclarecer mucho sobre los financiadores y sobre todo, la participación del tenebroso organismo estadounidense, cuyas maniobras en Bolivia se hacen cada vez más evidentes.

/////// SCZ 05/02/11


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