por Flavio DalosttoEra 1947. Solo habían pasado 63 años, desde que el ejército argentino de la oligarquía, invadió los Llanos de Güelgoritá  (hoy llanura formoseña), en 1884. Las comunidades aborígenes tobas y  pilagás estaban completamente desarticuladas. Con la apropiación de la  tierra por los extranjeros, a fines del Siglo 19, y las guerras  continuas, su economía tradicional se había quebrado, y con ello había  comenzado la mutilación de su autoestima, bajo regímenes represores y  genocidas.
Durante la primera parte del Siglo 20, la invasión, la  deforestación, el hambre, las pestes y las iglesias oportunistas (es  decir, todas), quebraron el cuerpo y el alma de la Nación Qom (tobas y  pilagás). Una depresión generalizada y una tristeza infinita se  apoderaron de las comunidades indígenas, que sentían acabarse su mundo  frente a otra cultura que les negaba libertad, alimentación y condición  humana. Por esos días, estaba en auge "El Tabacal", un lugar en la  provincia de Salta, que requería mano de obra barata, y al cual  convergían distintas etnias, desde los chacos argentino, boliviano y  paraguayo, a ganarse unos pesos o mercadería para sus familias. Los  pilagás de la zona de "las lomitas" no eran la excepción. Pero pronto,  esa desesperada salida económica también decayó y los indios formoseños,  que tenían prohibido ¡tener hasta una vaca! o ¡salir al mariscar al  monte!, enloquecieron de hambre atroz. Es decir, cortadas todas sus  salidas económicas, solo les restaba sentarse a morir o ver morir a los  otros. Solo en las misiones franciscanas de Laishí y Tacaaglé  (verdaderos campos de concentración), podían comer alguna cosita, a  cambio de dejar de ser indios. Basta ver algunas fotos de esa época, de  las escuelas de esas misiones religiosas, para observar el espectáculo  patético de niñas y niños aborígenes vestidos rígidamente a la usanza  "civilizada" y formados como un regimiento disciplinado a guascasos.
Desde  los años 30, el cacique pilagá Pablito venía teniendo varias  escaramuzas con el ejército argentino. Pero al escasear el trabajo en  "El Tabacal", y no tener derecho a nada más que morir, como ya he dicho,  una terrible depresión se apoderó del alma Qom. Fue en ese momento que  apareció el oiquiara
xáiq  (profeta) Lusiano, enviado por el Nogüét, seguramente, para recuperar  la Alegría y restaurar la Esperanza. Lusiano empezó a predicar un  cristianismo no colonizado, que recuperaba la religión de sus abuelos y  que decía que Jesús había sido un indio chaqueño que se había enfrentado  a los poderosos de su tiempo y convirtiéndose en Qaso
xona
xá  (el Señor de las Tormentas), había vencido a la Muerte. De este modo,  Pablito como líder político y Lusiano como lider religioso, encabezaron  un movimiento de rebelión contra el Sistema de Cosas, y exigieron a las  autoridades alimentos para salvar a su Pueblo de la muerte por hambre.
Los  colonos, políticos y militares de la región, les negaron todo tipo de  mercadería con que sostenerse. Bueno, no toda, enviaron a los indios un  carro lleno de galletas envenenadas. Los pilagás comieron y empezaron a  enfermarse. Los médicos étnicos (los pio
xonaqpí),  hicieron lo que pudieron y lograron salvar a la mayoría de los  envenenados. Furioso, Pablito preparó a sus huestes en la orilla del río  Madrejón. Los soldados trajeron ametralladoras. Lusiano les había dicho  que si sus corazones se llenaban de Fe, las balas del invasor se  convertirían en manteca. Pero si tenían miedo, morirían.
Cuando  ambos bandos, el invasor y el libertario, se preparan para dar batalla,  los soldados le avisaron a Pablito que llegó una comunicación del  presidente Juan Perón, invitándolo a volar a Buenos Aires, para  entrevistarse con él y solucionar el conflicto. Luego de consultar a sus  bases, Pablito se vistió con traje y corbata, para viajar a la  entrevista con el cacique de los argentinos. Pero cuando se preparaba  para salir, se le apareció la pio
xona
xá Aurora, que le dijo "Pablito, no vayas. He soñado que antes que llegues a hablar con Elperóm, te matarán los soldados".
Ante  esta situación, Pablito se quita su traje y su corbata, y manda  comunicación a los soldados que no irá a Buenos Aires. Luego, manda a su  gente, levantar bien alto los carteles con las imágenes de Juan Perón y  Eva Perón. El jefe de los militares da la orden de aprontar las  ametralladoras, y lejos de ser una batalla, lo que se produce es una  masacre. Los Qom llenos de Fe, ya eran menos que los que tenían el  corazón impregnado con el Miedo. Las balas jamás se mantequizaron.  LLegaron hechas plomo adentro de los cuerpos hermosos de los guerreros  qompí, y los mataron. Murieron como 500 indios. El resto se desparramó,  como pudo, mientras los soldados hacían una fiesta de sangre con los  heridos y escapados que encontraban.
Pablito huyó al Paraguay con  100 leales. A Lusiano no se lo vio por un tiempo, pero después apareció  por la zona de Laguna-Pato. Nunca se pudo reponer de su pena hasta el  día en que murió.
En 1947, hubo un genocidio en Formosa, pero el  gobierno nacional de esa época no les hizo justicia; aunque ellos  murieron con los carteles de Perón y Evita en las manos. Dicen que jefe  de los soldados, también mandó fusilar a esos carteles, loco de odio.  Luego mandó quemar ese medio millar de cadáveres.
Han pasado  otros 63 años desde la rebelión de Pablito y Lusiano. Hoy 2010, hubo un  genocidio en Formosa. Y el gobierno nacional de esta época...
Glosario: (La x se pronuncia parecido a una G dura).Oiquiaraxáiq: ProfetaNogüét: La energía divina universalQasoxonaxá: Dueño de las Tormentas.Pioxonaqpí: SacerdotesPioxonaxá: Sacerdotizahttp://la-opinion-argentina.blogspot.com/