miércoles, 19 de octubre de 2011

La marcha por el Tipnis y USAID

Fortunato Esquivel

Tras la expulsión del embajador de Estados Unidos, quien fogoneaba un proceso de conspiración desde Santa Cruz y cuyas finalidades incluían la separación del departamento de Santa Cruz  hasta su “independencia”, el gobierno boliviano anunció la próxima expulsión de la agencia para el desarrollo, más conocida como Usaid.

El anuncio nunca se cumplió y hoy los gobernantes estarán arrepentido, pues sus actividades se aceleraron junto a numerosas Ong’s organizadas en Pando y Beni, aparentando promocionar programas de medio ambiente y derechos indígenas, que en realidad son líneas de subversión contra el gobierno del proceso de cambio.

La Usaid, es en realidad, la “cara visible de la CIA”, cuyos métodos y enormes sumas de dinero están dirigidos a crear oposición interna, fragmentar la sociedad y ofrecer falsas imágenes de Bolivia en el exterior. Estos trabajos, también se ejecutan en Cuba, donde fueron descubiertos y denunciados por fuentes que lograron penetrar al organismo norteamericano.

Las Ong’s creadas por Usaid, se mueven construyendo trabajos en red creando Grupos de Sociedad Civil (GSC), ofreciendo  iniciativas de autoempleo, abriendo posibilidades para promocionar la información política agresiva que conviene a los intereses norteamericanos.

La marcha por el Tipnis, será un caso típico de la conspiración norteamericana que más temprano que tarde será puesto al descubierto, pues sus preparativos datan de varios años, pero se aceleraron a partir de julio pasado con la llegada de tres norteamericanos contratados por la embajada de Estados Unidos.

Los expertos norteamericanos en temas indígenas, Lindsay Robertson (Universidad de Oklahoma), Stephen Greetham (Asesor legal de la nación Chicklasaw de Oklahoma) y la historiadora Amanda Cobb, se reunieron con estudiantes, docentes y representantes de la sociedad civil en La Paz y Sucre. Tales expertos enfatizaron en las supuestas “bondades” legislativas estadounidenses respecto de los derechos de sus pueblos indígenas.

Las reuniones se llevaron a cabo del 9 al 14 de julio y en ellas los enviados por la embajada enfatizaron que en Estados Unidos los pueblos indios tienen propiedad sobre los recursos naturales, renovables y no. “En Estados Unidos, las tribus tienen derecho y son dueñas de los recursos que están sobre y debajo de ella, como el gas natural”, dijo Stephen Greetham.

Robertson, no se quedó atrás al señalar que “cada tribu es soberana con poderes inherentes y la constitución reconoce que los indígenas son pueblos distintos y la ley federal lo desarrolló en más de dos siglos, pero no es tan exacta como las leyes en Bolivia”. El mensaje era claro: donde hay gas, es de los pueblos indígenas y no de toda la población. Si comparamos, el discurso es el mismo que están promocionando los líderes marchistas.

El “especialista” Greetham, dijo que la tribu Chicklasaw tiene problemas de acceso al agua y que su gobierno tendrá que solucionar, sin afectar sus intereses, ya que de lo contrario “se estaría en una posición similar al gobierno boliviano respecto de la construcción de la carretera por el Tipnis. Sus “comparaciones” conducen a hacer creer que el gobierno de Evo Morales está afectando los intereses indígenas.

Las intencionalidades de los “expertos” eran claras, pero lo que no dijeron respecto a los derechos indígenas norteamericanos es que de todas maneras viven acorralados en “reservas” y que sus recursos naturales son entregados a transnacionales por su dirigentes, a cambio de poder y dinero, para generar sus propias élites. En Bolivia también surgieron denuncias contra dirigentes que venden pedazos de sus TCO a inversionistas privados.

La llegada de los “especialistas” un mes y medio antes del inicio de la marcha indígena desde Trinidad, fue organizada por la embajada a través del Agregado de Cultura y Prensa, Benjamín G. Hess, jefe de Eliseo Abelo, un boliviano que sirve a Estados Unidos y es encargado de asuntos indígenas y cuyos contactos son operadores, antes radicales indianistas.

Fue precisamente Abelo, quien mantuvo profusa comunicación por celular con dirigentes como Adolfo Chávez (Cidob) y Rafael Quispe (Conamaq), poco antes de iniciarse la marcha que terminó en La Paz. Hess y Abelo, suelen ofrecer cursos en Estados Unidos con el argumento de interrelación con dirigentes indígenas de ese país.

El trabajo subversivo de la “cara visible de la CIA” está fortalecido desde febrero 2006, es decir un mes después que Evo Morales asumiera, tras la paliza electoral que diera a los partidos neoliberales, hoy reducidos a pequeños grupos opositores.

Sin duda, Morales recibió una muy dura experiencia política, que esperemos sepa incorporar a sus planes de estructurar un nuevo programa de gobierno a partir de los consensos que se logren en diciembre, tras haber cumplido la denominada “agenda de octubre”. Quienes respaldan el proceso de cambio, esperan la reconducción del proceso con rumbo verazmente revolucionario.

////SCZ 19/10/11

viernes, 14 de octubre de 2011

No son elecciones, es un concurso de méritos, es un reclutamiento de personal

Por José R. Torrico Gumucio


Este próximo Domingo todos los Bolivianos acudiremos a las urnas para ejercer nuestra legítima vocación democrática seleccionando a los profesionales que ocuparán cargos en diferentes instituciones del poder judicial de Bolivia.

En esta ocasión no hay una contienda política. En este proceso no se debaten propuestas o ideologías políticas. En esta ocasión el pueblo Boliviano está participando de algo que se parece más a un proceso de reclutamiento de personal típico de cualquier institución en cualquier país.

¿Qué es lo que hace una empresa o institución cuando necesita contratar un profesional?

Primero define el perfil que el profesional debería cumplir en el caso ideal, luego lanza una convocatoria pública invitando voluntariamente a los profesionales a postularse y finalmente elige, entre los profesionales que cumplieron los requisitos, al mejor candidato.

En este caso ha sido exactamente igual. La Asamblea Legislativa Plurinacional Boliviana ha definido el perfil de los profesionales que se postulan a los diferentes cargos, ha recibido los papeles de los profesionales que se han postulado voluntariamente al cargo y ahora falta la selección final del mejor candidato de entre estos profesionales.

¡Eso es exactamente lo que hará este Domingo el pueblo Boliviano!: elegir, entre los profesionales que se postularon, a quienes tienen la mejor formación y méritos para ser contratados por el estado para ocupar un cargo público (léase Estado como El Pueblo, otra cosa diferente es el Gobierno, para muchos hay una confusión entre estos dos conceptos).

Entonces (aunque ahora es tarde para el proceso del Domingo pero puede servir para el futuro) no deberíamos llamar proceso "electoral” a este proceso en particular. La palabra ”elección”, pese a que un término correcto porque el pueblo debe hacer una elección, está muy relacionada a las contiendas políticas. Este proceso inédito no es una contienda política.

Muchas personas aún creen que al ir a “elecciones” acude a una contienda política, porque nunca antes ha existido un proceso que no sea político, esta es la primera vez que se realiza uno.

Para quienes están familiarizados con el tema político la diferencia puede ser clara, pero para las personas que no tienen el interés en la política puede ser confuso. Más aún cuando los medios privados de comunicación y los políticos de oposición conspiran conjuntamente en contra del proceso de cambios estructurales que está llevando a Bolivia a ser un país revolucionario en el campo democrático y un país soberano en la determinación sobre los temas de interés nacional y sobre sus recursos naturales.

Los políticos tradicionales y los medios de comunicación privado solo proponen que la gente se prive de ejercer su derecho democrático, derecho que se ha logrado luego de décadas de luchas. Según mi punto de vista, eso sería tan irracional como una persona que, luego de trabajar un mes entero en una compañía, el último día se niega a cobrar su sueldo.

Creo que podría ser mejor, a futuro, usar un nombre como “Proceso de selección de profesionales para el poder Judicial” ó “Reclutamiento de profesionales para el poder judicial” o “Concurso de méritos profesionales para ocupar los cargos del poder judicial” en lugar de usar el término “Elecciones”.

Esto permitiría que la población pueda comprender mejor que no se trata de una contienda política y evitaría que los políticos tradicionales se aprovechen del proceso de reclutamiento para confundir a la población.

¿Por quién votar? En este proceso de selección y reclutamiento profesional cualquiera de los finalistas podría ser una excelente elección. Todos ya han demostrado tener suficientes méritos para ocupar el puesto.

Indistintamente de quien resulte con mayor votación el pueblo Boliviano saldrá ganando, la democracia saldrá ganando. Por esto el domingo todos los Bolivianos debemos participar, con alegría y vocación democrática, en este proceso de selección profesional de los candidatos a ocupar cargos en el poder judicial.

miércoles, 12 de octubre de 2011

La marcha por el TIPNIS

Por Fortunato Esquivel
 
Los marchistas en defensa del  Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (Tipnis) acordaron llegar a La Paz, después de las elecciones judiciales del domingo. Por lo menos, ese es el anuncio inicial que se conoce en la sede de gobierno, donde son esperados por otros que les respaldan con entusiasmo.
Si la postergación se confirma, provocará desazón y descontento en las filas de quienes estuvieron invirtiendo dineros en promocionar una marcha política que la historia se encargará de archivar como una maniobra de los sectores conservadores, oligarquías opuestas al progreso, organizaciones no gubernamentales alentadas por el imperio y partidos de derecha, todos respaldados por esa poderosa rosca comunicacional a su servicio.
El cinco de octubre, grupos de jóvenes cruceñistas, salieron subrepticiamente, rumbo a la marcha, presuntamente para sumarse a ella en apoyo a las iniciativas indígenas. Pocos días antes del 24 de mayo de 2008 y en la misma forma, tomaron numerosos buses en la terminal oriental rumbo a Sucre, donde promocionaron y dirigieron las humillaciones a los campesinos chuquisaqueños.
Estos representantes, no llevan ninguna buena intención. Los vándalos que, destruyeron y asaltaron las instituciones estatales de la capital cruceña, no van a ser simples marchistas, sino fervientes provocadores, porque esa es su intención. No se puede imaginar que los dirigentes de la CIDOB pateados y correteados por estos, ahora lleguen abigarrados del brazo en presunta defensa del Tipnis.
El inicio de la marcha, confundió a muchos. ¿Cómo era posible  que quienes apoyaban el proceso, ahora sean contras?, ¿El gobierno se desvió?, ¿Dejó de escuchar sus demandas? Muchas preguntas surgieron desde todos los sectores, acusando de actitudes soberbias a los mandatarios.
Los partidos de derecha, las Ong’s organizadas y adoctrinadas por Usaid y los intereses que presionan para que los habitantes del Tipnis sigan viviendo su “tranquila” existencia de anfibios, se movilizaron. Tres Ong’s ambientalistas fueron claramente identificadas como las cabezas de la oposición. Una de ellas dirigida por políticos trotskistas.
 Por ahora, se encuentran a 100 kilómetros de La Paz y son poco más de 1.000, pero se acrecentará a poco de su llegada con oportunistas afectos al show mediático cuyo aporte serán consignas políticas preparadas para la ocasión. El show pretenderá hacer creer que el proceso está declinando y que pronto caerá el mandatario indio, pero ese deseo, quedará sólo en eso.
La marcha por el Tipnis, dejará profunda huella, claro que sí. Me adhiero a una frase de Xavier Prudencio que en su escrito afirma que el mejor acero se templa a más fuego. Esta gran movilización que sacude a Bolivia y conmociona al mundo que veía un ejemplo en Evo Morales, será histórica, sin duda, pero por razones que serán evidentes más tarde.
Hace pocos años, cuando el proceso de cambio se fundía en las calderas de la historia boliviana, se produjo la primera colada. Las primeras escorias, fueron echadas a un lado como corresponde en las grandes fundiciones. Esa basura de oportunistas y buscafortunas ya descartada, apareció nuevamente, ahora como antagonistas del proceso. 
Prudencio les identifica: “Alejandro Almaraz, Gustavo Guzmán, Pedro Nuni, Adolfo Chávez, Rafael Quispe, Alex Contreras, Víctor Hugo Sáinz, Hugo Siles Alvarado, Román Loayza, Lino Villca, etc”.   Todos ellos tuvieron la oportunidad de estar prendidos a las deliciosas tetas del gobierno de indígenas y hoy son “contras”.
No hay duda, las calderas donde se funden los mejores aceros están elevando su temperatura y tras descartar las últimas escorias, el proceso está obligado a ingresar en una profundización y reconducción, que debería incluir el despido de los neoliberales quedados en la estructura administrativa estatal al asumir el actual gobierno.
La esperanza conservadora de un pronto derrocamiento, se desmoronará. Los militantes de la derecha boliviana comprobarán que el proceso renovador que asombra al mundo, logra nuevas fuerzas. La crisis política actual, si bien mostró la existencia de errores y signos de soberbia engendrados por las demencias del “poder”, tendrán que ser corregidos de inmediato.
Hay necesidad de reconducción, hay necesidad de un giro, pero no a la derecha como presionan los nuevos servidores del imperio, sino a la izquierda, como se exige por las ciudades y las poblaciones rurales de todo el país y todo en base a mano férrea sobre el timón del Estado. Eso esperamos. 
////SCZ 12/10/11
  
Tomado de ForoBolivia

viernes, 7 de octubre de 2011

DE REPRESIONES Y SALVAJES NOBLES IMAGINARIOS

Porque no voy a salir a marchar “en defensa del TIPNIS”
TITULO: DE REPRESIONES Y SALVAJES NOBLES IMAGINARIOS
Por Alison Spedding Pallet
Eso de pueblos indígenas lo han inventado para dividirnos.
Dirigente de base, Sud Yungas, 2007
EPIGRAFE: La autora, antropóloga inglesa con más de 20 años de residencia en Bolivia, se pregunta si las madres y bebés de la marcha fueron usados como escudos humanos ante la represión para levantar simpatías. “Sí me interesa la conservación de la biodiversidad, pero por eso lo que necesitamos son leyes ambientales que sean realmente efectivas”, finaliza Spedding.
Antes del domingo 25 de septiembre, día de la ya mundialmente famosa represión a la “marcha indígena”, una cadena heterogénea de simpatizantes se había unido a la marcha de los “pueblos indígenas en defensa del TIPNIS”. Entre otros, se encontraban “raleados” del MAS, como Lino Villca o Román Loayza, varios representantes del Movimiento Sin Miedo y otros de CONAMAQ. Incluso escuché por radio una entrevista a un vecino de Pampahasi, donde  vivo en La Paz , presente en Chaparina al parecer por solidaridad con los “hermanos indígenas”. No está claro a estas alturas qué porcentaje de las personas marchistas (que acampan con varias carpas estilo iglú que no  avergüenzan a ningún trekker extranjero del camino del Takesi) son realmente “indígenas de las Tierras Bajas”, y dentro de ese porcentaje, cuántas personas son efectivamente del TIPNIS y por tanto, son o serían directamente afectados por la carretera propuesta.

Otro elemento no aclarado es el contenido específico de los 16 (¿o cuántos?) puntos del pliego petitorio de la marcha. Se sabe que al menos uno de ellos refería a quejas respecto a la contaminación petrolera en Aguararagüe, lejos del TIPNIS, sito en territorio guaraní. En algún momento un vocero de la marcha, cuestionado al respecto de este punto, explicó que dicha contaminación afectaba a fuentes de agua utilizado por los “hermanos indígenas del lugar” y por eso había sido incluido. Seguramente mi ignorancia referente a los otros 15 puntos se debe a mi descuido mediático; pero incluso un(a) espectador(a) distraído en las semanas pasadas no hubiera podido de sustraerse de la telenovela del TIPNIS. ¿Cómo es que entre tantas notas periodísticas no se ha expuesto con claridad las demandas de los 16 puntos? ¿También es parte del “complot mediático”?
La solidaridad entre “indígenas” también explicaría la presencia de simpatizantes de CONAMAQ; aunque no explica la hostilidad de los “interculturales” (ex colonizadores) de Yucumo y de Palos Blancos, cuyo origen regional no es distinto al de los militantes de CONAMAQ .  Aunque claro, si se acepta la ortodoxia oficial de que para ser “indígena” lo único necesario es declararse (delante de un empadronador del Censo o cualquier otro interlocutor más o menos público) “miembro de un pueblo indígena originario” entonces las y los ‘interculturales’ no serían indígenas, no importa de dónde proceden ni qué prácticas culturales tengan.
 Se sabe que la razón geopolítica (como dice el vicepresidente Álvaro García Linera) para la carretera propuesta es la conexión de Trinidad y el Beni directamente con Cochabamba y el occidente del país sin tener que pasar por Santa Cruz, y de esa manera deshacer el control que Santa Cruz ejerce sobre el departamento beniano. Esto en sí basta para explicar el apoyo de la Gobernación de Santa Cruz y grupos afines con la causa de “defensa del TIPNIS” rechazando la carretera. También explica porque Ernesto Suárez, -Gobernador del Beni y de hecho uno de los opositores más férreos del MAS- es uno de los pocos que no ha salido en defensa de la marcha.
Pero el debate sobre las conexiones del Beni con el resto del país se han evaporado en el calor generado por el ensalzamiento de dos de los poster children más sagrado de la actualidad: el medioambiente y los pueblos indígenas.
Sobre el medio ambiente sólo voy a decir que la caridad empieza en la casa. Practico la agricultura ecológica en los Yungas y rehúso usar bolsas de plástico en las tiendas. Los que sí han marchado en defensa del TIPNIS sabrán analizar sus prácticas cotidianas y evaluar cuánto impacto ecológico tienen.  Si son consecuentes en su cotidianeidad o lo compensan con el  impacto objetivo (más allá del sentido subjetivo de auto complacimiento) de unas horas gritando consignas en la calle a favor del TIPNIS. También me pregunto si los afiches callejeros pro parque que muestran un jaguar en una celda policial o a punto de ser atropellado (o tal vez ya atropellado) por una vagoneta en una carretera, hubiera sido tan atractivos si hubieran escogido como víctima animal, digamos, a algún batracio de aspecto repelente. Voy a enfocarme en los Pueblos Indígenas.
 ¿Manipulados o manipuladores?
Ahora voy a enfocarme en los pueblos indígenas. Cada vez que se habla de la represión de la marca ocurrida el 25 de septiembre, se repite que bebés, niños y mujeres, embarazadas entre ellas, habían sido víctimas de la misma. En Yungas se criticó desde un principio la presencia de tantos niños y niñas en la marcha: “Eso no es marcha”, dijeron. “Además vacíos están caminando, sus bultos están trayendo en una camioneta. Eso no es marcha”. Añadieron que siendo una medida de protesta, se da por supuesto que una marcha pueda ser reprimida en cualquier momento, y por ese motivo jamás se trae a menores, tampoco a personas de tercera edad.
En los inicios de la marcha, la Defensoría de la Niñez, entre otros, objetó la presencia de infantes, pero no fueron retirados. La explicación fue: “Así siempre caminan ellos”. Con toda la familia, porque son nómadas y se trasladan en grupo, o al menos salen todos juntos a recolectar en el monte o pescar en el río; o sea, estos pueblos son tan, pero tan encerrados en su inocencia prístina de salvaje noble que no son capaces de distinguir entre una marcha de protesta frente al gobierno nacional y un paseo familiar para recoger frutas silvestres. Es poco importante si esta versión se originó con la comisión de prensa de la propia marcha o de algún otro activista bienintencionado.
El noble salvajismo ha sido tragado, por ejemplo, por una locutora de Radio Deseo, propiedad del colectivo feminista Mujeres Creando quienes también se han subido al carro del TIPNIS, quien expresó el 4 de octubre “A ellos (los hermanos indígenas) les gusta estar colgado del árbol como monos, estar paseando en el monte. Si así quieren vivir ¡nadie tiene derecho de negarles! ¡Todos tienen derecho de vivir a su manera!”
Así que una vez que la carretera cruce el TIPNIS, los pobres inocentes ni siquiera van a seguir pasando por el monte, donde, supongo, las frutas caen desde las ramas directo a sus bocas porque aún habitan en el Jardín de Edén y por tanto no conocen el trabajo con el sudor de la frente. Debe ser cierto pues, por eso sale toda la familia a la marcha porque, a diferencia de los yungueños que sí son pecadores, no necesitan quedarse a trabajar.
     
Tergiversación mediática y niños muertos
Sabemos que en realidad no hubo tal bebé muerto. Lo que pocos destacan es que, al menos según el periódico Página Siete, el comunicado inicial que indicó que existió el niño fallecido, salió de la comisión de prensa de la misma marcha. Tal vez fue un error en la confusión del momento y no una manipulación intencionada para provocar la simpatía y susto del público, aunque ningún vocero de la marcha ha salido para explicar eso.
Curiosamente, aparte de algún ciudadano que llamó una mañana a la Radio Erbol , nadie ha dicho que fue una irresponsabilidad total de los dirigentes de la marcha dejar que las pobres madres con sus niñitos, más las que estaban embarazadas, quedaran en las proximidades del bloqueo de los colonizadores cuando, después del “jaloneo” con el Canciller, era obvio que iba a haber algún tipo de enfrentamiento, sea con los colonizadores o con la policía o con ambos. ¿Por qué no los retiraron en dirección a San Borja el sábado 24 por la noche? ¿O es que esos bebés y madres eran en realidad escudos humanos no declarados, y se les estaba poniendo en peligro intencionadamente con la idea que así se ganaría más apoyo? Como una estrategia mediática, no cabe duda que ha sido un éxito fantástico. Pero ¿quién lo ideó? ¿era justificado utilizar a población vulnerable para ese fin? Me ha dado asco ver tantas personas llorando por esos niños y madres sin preguntar ¿quién les mantuvo en el lugar cuando se veía venir la represión, una represión nada fuera de lo común en docenas de marchas y bloqueos a lo largo de los años?
Sí me interesa la conservación de la biodiversidad, pero por eso lo que necesitamos son leyes ambientales que sean realmente efectivas, es decir instancias y mecanismos administrativos que los pongan en práctica: no declaraciones efusivas y sentimentales sobre la Madre Tierra , y menos la búsqueda de apoyo a través de la promoción de la lástima y “salvajes nobles imaginarios”. Por eso cuando entren en la ciudad de La Paz, no voy a salir a marchar en defensa del TIPNIS.

La Guerra de Cuarta Generación contra Evo Morales

La Guerra de Cuarta Generación contra Evo Morales
Por Hugo Moldiz
http://www.cambio.bo/noticia.php?fecha=2011-10-07&idn=55983


El 25 de septiembre en la tarde, una violenta intervención policial a la marcha indígena en Yucumo abrió paso para que se desatara una variante y al mismo tiempo una nueva fase de la Guerra de Cuarta Generación contra el gobierno del presidente Evo Morales, a quien la derecha nacional e internacional se ha propuesto derrotar, como ocurre con otros procesos similares en América Latina.

La Guerra de Cuarta Generación es la disputa de sentidos, a partir de la aprehensión de la realidad objetiva para subjetivamente desestructurarla y luego armar otra realidad, radicalmente diferente, pero que nuestros sentidos la observan y la sienten como verdad.

Estrategia mediática
La construcción mediática de una realidad falseada partió de un hecho real: La represión que cerca de medio millar de policías desarrolló contra los indígenas, que desde el 15 de agosto comenzaron una marcha hacia la sede de gobierno, en demanda de la consulta previa por la intención de construir una carretera entre Villa Tunari (Cochabamba) y San Ignacio de Moxos (Beni).

La violencia de los uniformados existió. De eso no hay la menor duda. Pero este grueso error político del Gobierno fue acompañado por la difusión de noticias que amplificaba el alcance de la represión y, por tanto, provocaba reacciones emocionales bastante violentas contra el primer presidente indígena de Bolivia y América Latina, lo cual coincidía —premeditadamente o no— con la construcción de una matriz de opinión que la derecha nacional e internacional se ha encargado de activar hace varios meses: Evo, enemigo de los indígenas.

Desinformación y parcialidad
Los titulares de portada de los medios impresos y agencias nacionales e internacionales de información, así como las imágenes de la represión reiteradas permanentemente por las redes de televisión, hablaban de la muerte de un bebé y de otros adultos, así como la desaparición de varios indígenas.

Unos decían que habían fallecido tres, otros siete y no se dejó de mencionar que la cifra llegaba a nueve. Lo evidente es que no se registraron bajas.

La amplia difusión de estas noticias jamás comprobadas por los medios, ni expuestas bajo la naturaleza de presuntas o trascendidos, sino más bien presentadas de tal manera que no dejaba espacio para la duda, generó un ambiente de rechazo social a la medida adoptada por el Gobierno, incluso en amplios sectores sociales comprometidos con el proceso de cambio.

Canciller rehén
Este despliegue mediático no fue el mismo cuando un grupo de indígenas retuvo por más de una hora al canciller David Choquehuanca, quien fue obligado a marchar como una suerte de escudo para romper el cerco policial que separaba a los indígenas de las comunidades interculturales que rechazan algunos puntos del pliego de la Confederación de Indígenas del Oriente Boliviano (Cidob).

Medios no enfatizaron consulta
La mayor parte de los medios tampoco se ha esforzado mucho por hacer énfasis en la propuesta de consulta previa y la instalación de mesas de trabajo que el Gobierno propuso el 13 de septiembre a través del responsable de la política exterior (el canciller David Choquehuanca) del Estado Plurinacional.

Guerra de Cuarta Generación
Una mirada pausada a los orígenes y comportamiento de los medios de comunicación conduce a pensar que unos incurrieron en esos gruesos errores informativos por negligencia, pero que otros lo hicieron en el marco de una política comunicacional sostenida desde que Evo Morales asumió la conducción del país en enero de 2006.

Sin embargo, los que no desinformaron intencionalmente, es evidente que llegaron a formar parte de una nueva etapa de la Guerra de Cuarta Generación que se ha desatado durante casi 6 años contra el Gobierno indígena y el proceso de cambio.

Cinco matrices de opinión
De hecho, en cerca de un año y medio de este segundo mandato del presidente Morales, hay cerca de cinco matrices de opinión que sistemáticamente se han ido construyendo: “Evo, enemigo de los indígenas”, “Evo, enemigo de la Madre Tierra”, “Evo, permisible con las actividades del narcotráfico”, “Evo, amigo de los gobiernos terroristas” y “Evo, totalitario y autoritario”.

A estas matrices de opinión, fácilmente rastreables e identificables en los medios de comunicación, así como en las redes sociales, se ha sumado en los últimos días, a partir del domingo 25 de septiembre, la fuerte acusación de Evo masacrador, lo cual configura un escenario bastante favorable para la estrategia imperial diseñada para este segundo mandato del líder indígena: La estrategia del desgaste para la derrota político-institucional del proceso de cambio y de Evo Morales, su máximo conductor.

La derecha
Es más, esta estrategia subversiva materializada a través de la guerra mediática también formó parte de los componentes de la estrategia para el derrocamiento mediante métodos no democráticos que la derecha nacional e internacional activó en el período 2006-2009, cuyo máximo pico se dio entre agosto y octubre de 2008, cuando grupos paramilitares tomaban instalaciones estatales y reprimían a autoridades y militantes del proceso de cambio, así como el intento de dividir el país y asesinar a Evo Morales.

Medios como sistema político
Este activo papel del aparato mediático se ha fortalecido en Bolivia casi de manera similar a la registrada en otros países de América Latina, donde la derecha carece de partidos políticos y líderes con arraigo social, por lo que no pocos estudiosos coinciden que los medios de comunicación forman parte no oficial del sistema político.

Por tanto, la Guerra de Cuarta Generación sirve para avanzar hacia varios objetivos: el desgaste sistemático de gobiernos y líderes políticos, el desencadenamiento de formas parciales de violencia contra los gobiernos, el derrocamiento de procesos revolucionarios o de cambio por medios no democráticos y la preparación de condiciones objetivas y subjetivas internas para una intervención militar extranjera, entre los más importantes.

Imaginario colectivo
Uno de los ejes centrales de este tipo de guerra es conquistar los corazones y las mentes de la gente, como bien lo definiera el general Summers, uno de los ideólogos de la denominada Guerra de Baja Intensidad y cuya diferencia con la clásica Doctrina de Seguridad Nacional es que el objetivo no es principalmente la eliminación física del adversario, sino sobre todo la desaparición de la base social que hace posible el surgimiento y el desarrollo de proyectos y liderazgos políticos contrarios a los intereses de Estados Unidos y el capital.

Si uno toma en cuenta lo anteriormente señalado encontrará bastantes elementos como para identificar que ante el presidente Morales se ha buscado concretar ya sea la construcción de condiciones subjetivas para su derrocamiento por medios no democráticos y su desgaste político para una derrota electoral.

La mayor parte de los medios de comunicación legitimó la violencia paramilitar en el primer mandato del Gobierno de cambio y ahora deslegitima el derecho del Estado al uso del monopolio de la fuerza. Claro, esto último lo hacen sobre la base de los gruesos errores políticos como el cometido contra la marcha indígena.

En los planes de los sectores de derecha más conservadores del país tampoco se descartó la división del país para alentar la intervención militar extranjera a título de pacificación y que ahora es una amenaza para América Latina por el entusiasmo no disimulado de algunos consejeros de Obama para utilizar el modelo libio en otras partes del mundo.

Por lo demás, no hay duda de que la Guerra de Cuarta Generación encontró en los jóvenes —a quienes es más fácil manipular por una serie de condiciones objetivas— a la fuerza social más importante para el despliegue de esta estrategia, y que encuentra terreno fértil no tanto por su mayor identificación con las redes sociales (Facebock, Twitter y otros), sino por el abandono político del que son objeto de parte del proceso de cambio.